Reto
1- Presentación.
La buena práctica que he elegido para este reto es la que lleva a cabo el Ayuntamiento de Mérida, en Badajoz, a través de los Servicios Sociales, llamada Lazos y que fomenta la eliminación de la discriminación de los mayores (edadismo).
Se trata de un programa de acompañamiento para personas mayores que viven solas. Está dirigido a eliminar la situación de aislamiento y soledad no deseada que sufren los mayores de 65 años.
El programa intenta concienciar a la población sobre la importancia de ayudar a estas personas que viven solas, recordándonos que todas las personas deben ser tratadas con dignidad y respeto. No podemos dejar a nadie atrás.
Desde Servicios Sociales del Ayuntamiento de Mérida ponen a disposición diferentes profesionales para llevar a cabo las actividades que ofrece: paseos en compañía, desayunos, visitas culturales por la ciudad de Mérida, huerto urbano, acompañamiento dentro y fuera del hogar, llamadas de teléfono, acompañamiento psicológico…Además de los profesionales del Ayuntamiento, entran en juego también voluntarios de diferentes edades para eliminar la brecha generacional.
Así mismo, intentan implicar a las personas del entorno desarrollando un trabajo en red entre los vecinos, comercios, farmacias, parroquias, asociaciones… Estos “observadores” estarán atentos a las dinámicas y las costumbres de estas personas mayores de su entorno para, si notaran algún cambio importante, notificarlo a los profesionales del programa y que ellos pudieran actuar en caso de ser necesario.
2-Análisis del ámbito en el que actúa esta buena práctica.
La esperanza de vida de los españoles va en aumento. Gracias al descenso de la mortalidad infantil, las mejoras en los hábitos alimenticios y sanitarios y el período de paz en el que nos encontramos, cada vez vivimos más. La mala noticia es que la sociedad envejece. Y este aumento de la edad, aumenta también la probabilidad de vivir en soledad. En muchos de estos casos es una soledad no deseada.
Numerosos estudios recogen que el aislamiento social aumenta el riesgo de enfermedades, así como el deterioro funcional y cognitivo de las personas, incrementando los síntomas depresivos y la ansiedad.
A todo esto hay que sumarle la discriminación que sufren los mayores por parte de la sociedad: “si eres viejo, no sirves para nada”.Por si esto fuera poco, hay que sumarle la pandemia. Los días de confinamiento los han pasado solos, aislados, con miedo, con ansiedad, … olvidados en muchos casos. El coronavirus refuerza estereotipos edadistas: “mueren los viejos”, “los vulnerables son los mayores”,…
Pero no todo es negativo. Muchas asociaciones de voluntariado e iniciativas solidarias de los propios vecinos, surgen también en estos momentos de pandemia para ayudar y acompañar a los mayores. Pero no es suficiente. Estas personas necesitan profesionales cualificados que les ayuden y acompañen en los momentos de duelo, de estrés, de ansiedad, de soledad. Es en estas circunstancias en las que surge Lazos. Y como ya hemos dicho, también intenta implicar al resto del barrio, intenta que empaticen con ellos, que les acompañen, que les hagan sentir que no son invisibles.
3-Impacto.
El programa Lazos solo lleva unos meses de implantación. Aún no podemos valorar el impacto que tendrá esta buena práctica en el tiempo y en la sociedad de Mérida, pero los beneficios ya se vislumbran con la buena acogida que ha tenido en los barrios en los que se ha ido implementando. No obstante, queda mucho por hacer. Lo más importante es concienciar a toda la comunidad y también darle a conocer a los propios mayores la iniciativa, que muchas veces, no saben que hay personas que les quieren tender una mano amiga.
Esta red de barrio es imprescindible para poder llegar a todas las personas en situación de vulnerabilidad y afortunadamente, múltiples comercios de la barriada donde se está actuando se han unido a la iniciativa.
4-Puntos fuertes y débiles.
La situación de pandemia en la que nos hayamos inmersos, es a su vez, desde mi punto de vista, un punto fuerte y débil a la vez.
El miedo al contagio y al contagiar, puede hacer que no atendamos a estas personas como se merecen. Pero, por otra parte, las muertes por coronavirus, el confinamiento, el saber que quizás lo que no hagas hoy, no lo puedas hacer mañana, ha hecho que seamos más empáticos con los demás. Es una oportunidad que hay que aprovechar para involucrar a toda la sociedad. Por otra parte, es una forma inmejorable de promover el intercambio generacional. Es una forma de desarrollar iniciativas y actividades entre generaciones para reducir la brecha intergeneracional. Nos encontramos en un momento de sensibilidad hacia las personas mayores que debemos aprovechar para concienciar a toda la sociedad de lo importante que son.
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